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viernes, 9 de noviembre de 2012

Conejo Rojo PARTE 5


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Hoy desperté a las 10 de la mañana. Papá fue a trabajar temprano y mamá me sirvió el desayuno. Después vi televisión durante horas. Desde que Dem-Ruh atacó aquella primaria ya no es seguro para los niños ir a la escuela así que tengo todos los días libres; aunque quisiera poder salir a la calle mamá no me lo permite. Cuando veo por la ventana me doy cuenta de que ninguna madre deja a sus hijos salir más. Quisiera estar en el parque de la Luz, o en lo que solía ser el parque de la luz, no el terreno de tierra revuelta que es ahora; hace unos días mostraron unas imágenes en televisión de árboles caídos, concreto roto y lodo, y no pude evitar llorar. Me escondí de mamá y lloré amargamente por el parque de la Luz, por mis recuerdos y, en el fondo, también por Josué.


Hoy se cumplen seis meses desde que Josué murió. Mamá ha estado bastante seria toda la semana, supongo que es por darse cuenta de que ha vivido medio año sin uno de sus hijos y la vida ha continuado sin él. ¿Qué estará pensando? ¿Se odiará por saber que ha sobrevivido a ese enorme dolor? Cuando Josué murió la gente nos decía que debíamos ser fuertes, ¿Será acaso que ser fuertes significa dejar de sentir? Yo sigo extrañando mucho a Josué, pero el dolor es cada vez más débil e incluso ahora, si cierro los ojos, me cuesta un poco de trabajo recordar su rostro; no sus facciones, sino los pequeños detalles como el lunar que tenía en el pómulo izquierdo, ¿O habrá sido en el derecho? 

Ayer papá y mamá discutieron por primera vez en mucho tiempo, fue breve y no llegó a las explosiones de tiempo atrás y cuando se dieron cuenta de que empezaban a levantar la voz ambos callaron y se miraron con los ojos llenos de miedo, se abrazaron y lloraron juntos. Esa noche papá dijo que los ataques deberán terminar pronto, que la policía atrapará a ese famoso Padre y todo volverá  a la normalidad, pero yo se que han pasado meses y aun no pueden dar con él; lo peor de todo, es que mamá dice que cada vez más jóvenes huyen de casa para unirse a Dem-Ruh. Incluso en la televisión local piden a los adolescentes de entre 15 y 17 años no dejarse engañar por falsas promesas y en una estación de radio empezaron a emitir un programa llamado "¿Sabe usted dónde están sus hijos?" en el cual madres hablan pidiendo entre sollozos que sus hijos e hijas vuelvan a casa, para terminar siempre con un "te amo". Mamá escucha el programa todas las tardes y llora con la radio, después reza un rosario y repasa conmigo algunas lecciones de la escuela.

Creo que lo que más extraño del colegio es ver a Ramón todos los días. La última vez que jugamos juntos fue hace casi dos semanas, cuando él y yo fuimos a casa de Alex a pasar la tarde. Al día siguiente Dem-Ruh puso una bomba en el baño de una primaria a las afueras de la ciudad y la hizo explotar. Por suerte todos los alumnos y profesores estaban en el patio para el homenaje así que solo hubieron algunos heridos pero nada de gravedad. Sin embargo, parte de la escuela quedó destrozada y las clases fueron canceladas inmediatamente en todos los niveles.

Al principio me alegró la noticia, pero después de varios días sin salir, extraño mucho correr bajo el sol y sentir el aire fresco en mi rostro. Papá dijo que nos llevará a mi y a mamá a casa de los abuelos para quedarnos con ellos hasta que todo se calme, pero no estoy seguro de que me agrade la idea. La abuela y el abuelo viven a más de 5 horas de distancia en un pueblo donde casi no hay niños, sin embargo sí quisiera volver a salir a la calle a jugar, aunque sea por mi cuenta.

Hay algo más que me tiene preocupado, y es que desde hace tiempo he tenido pesadillas casi todas las noches. Creo que la primera vez fue después de la ceremonia que Alex, Ramón y yo hicimos en el parque de la Luz en honor a Josué y cada vez se han vuelto más frecuentes y, aunque en las mañanas siempre olvido sobre qué tratan exactamente, sí recuerdo que tienen que ver con Josué, el parque de la Luz y una mancha roja moviéndose rápidamente hacia mi y absorbiéndome. Mamá y papá no saben de ésto y no quiero preocuparlos, estoy seguro de que no es nada y pasará pronto.

Acabo de mirar una fotografía de Josué, el lunar está arriba del labio.

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